“Pasarlo bien”, de Ítalo Calvino
Érase un país donde todo estaba prohibido. Como lo único que no estaba prohibido era el juego de la billarda, los súbditos se reunían en unos prados que quedaban detrás del pueblo y allí, jugando a la billarda, pasaban los días. Y como las prohibiciones habían empezado con poco, siempre por motivos justificados, no había nadie que encontrara nada que decir o no supiera adaptarse. Pasaron los años. Un día los condestables vieron que ya…
Continúa leyendo