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Osvaldo Soriano: “Gallardo Pérez, referí”

Para el mundial de 1986, Il Manifesto, de Roma, me pidió que escribiera un artículo por día durante todo el mes del campeonato. Maurizio Matteuzzi me explicó que no se trataba de viajar a México; ni siquiera de comentar los partidos por televisión. Desde Buenos Aires yo tenía que imaginar todos los días un relato vinculado con el fútbol para acompañar las conjeturas de los especialistas italianos. De entrada, Giorgio Monocorda, uno de los columnistas,…

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Roberto Fontanarrosa: “Escenas de la vida deportiva”

—Andá cambiándote, Tito —pidió Rogelio, que estaba sentado en el suelo poniéndose las medias. Tito se quedó mirando hacia la cancha, fruncida la nariz. —¿Nadie vino a reservar la cancha? —preguntó. Jorge había atado el extremo de una venda al paragolpes del auto, se había alejado un par de metros y ahora la enrollaba prolijamente. No contestó. —¿El boludo del Ruso no vino a reservar la cancha? —insistió Tito, el bolso al hombro. —Cambiáte, Tito…

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Rodrigo Fresán: “Final”

Jorge Luis Borges —ese escritor que aborrecía del fútbol porque “es feo estéticamente. Once jugadores contra otros once corriendo detrás de una pelota no son especialmente hermosos… Mucho más lindas que el fútbol son las riñas de gallos. Ocurren ahí nomás, al lado de uno, son ideales para miopes”— se había muerto unos días antes, casi al principio de todo el asunto, el 14 de junio. A mí, recuerdo, me divertían las opiniones de Borges.…

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León Tolstói: “Demasiado caro”

Relato verídico inspirado en Maupassant Existe un reino pequeñito, minúsculo, a orillas del Mediterráneo, entre Francia e Italia. Se llama Mónaco y cuenta con siete mil habitantes, menos que un pueblo grande. La superficie del reino es tan pequeña que ni siquiera tocan a una hectárea de tierra por persona. Pero, en cambio, tienen un auténtico reyecito, con su palacio, sus cortesanos, sus ministros, su obispo y su ejército. Este es poco numeroso, en total…

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León Tolstói: ¿Cuánta tierra necesita un hombre?

Érase una vez un campesino llamado Pahom, que había trabajado dura y honestamente para su familia, pero que no tenía tierras propias, así que siempre permanecía en la pobreza. “Ocupados como estamos desde la niñez trabajando la madre tierra -pensaba a menudo- los campesinos siempre debemos morir como vivimos, sin nada propio. Las cosas serían diferentes si tuviéramos nuestra propia tierra.” Ahora bien, cerca de la aldea de Pahom vivía una dama, una pequeña terrateniente,…

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“Cavar un foso”, un cuento de Adolfo Bioy Casares

Raúl Arévalo cerró las ventanas y las persianas, ajustó los pasadores, uno por uno, cerró las dos hojas de la puerta de entrada, ajustó el pasador, giró la llave, colocó la pesada tranca de hierro. Su mujer, acodada al mostrador, sin levantar la voz dijo: —¡Qué silencio! Ya no oímos el mar. El hombre observó: —Nunca cerramos, Julia. Si viene un cliente, la hostería cerrada le llamará la atención. —¿Otro cliente, y a media noche?…

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“Una broma extraña”, un cuento de Agatha Christie

-Y esta -dijo Juana Helier completando la presentación- es la señorita Marple. Como era actriz, supo darle entonación a la frase, una mezcla de respeto y triunfo. Resultaba extraño que el objeto tan orgullosamente proclamado fuese una solterona de aspecto amable y remilgado. En los ojos de los dos jóvenes que acababan de trabar conocimiento con ella gracias a Juana, se leía incredulidad y una ligera decepción. Era una pareja muy atractiva; ella, Charmian Straud,…

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“El color que cayó del cielo” un cuento de H. P. Lovecraft

Al Oeste de Arkham las colinas se yerguen selváticas, y hay valles con profundos bosques en los cuales no ha resonado nunca el ruido de un hacha. Hay angostas y oscuras cañadas donde los árboles se inclinan fantásticamente, y donde discurren estrechos arroyuelos que nunca han captado el reflejo de la luz del sol. En las laderas menos agrestes hay casas de labor, antiguas y rocosas, con edificaciones cubiertas de musgo, rumiando eternamente en los…

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La lotería, un cuento de Shirley Jackson

La mañana del 27 de junio amaneció clara y soleada con el calor lozano de un día de pleno estío; las plantas mostraban profusión de flores y la hierba tenía un verdor intenso. La gente del pueblo empezó a congregarse en la plaza, entre la oficina de correos y el banco, alrededor de las diez; en algunos pueblos había tanta gente que la lotería duraba dos días y tenía que iniciarse el día 26, pero…

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“Adiós, hermano mío”, de John Cheever

La nuestra es una familia que siempre ha estado muy unida espiritualmente. Nuestro padre se ahogó por accidente navegando a vela cuando éramos muy jóvenes, y nuestra madre siempre ha insistido en el hecho de que nuestras relaciones familiares poseen una estabilidad que nunca volveremos a encontrar. No pienso con mucha frecuencia en la familia, pero cuando me acuerdo de sus miembros, de la costa en la que viven y de la sal marina que…

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