Las personas que leen 200 libros al año: así lo hacen Tema: Artículos

Admitámoslo. Cada vez es más difícil concentrarse en la lectura de un libro más o menos largo. Sea una novela, un ensayo o poesía, los ritmos de vida que llevamos y la denominada como “cultura del picoteo”, nos están haciendo imposible meternos de lleno en las páginas para disfrutar con una buena historia. Los propósitos del año nuevo están cargados de la trillada frase de “este año sí que sí, tengo que leer más”. Como si fuera una autoimposición, leer en los tiempos del ‘click’ y del ‘scroll’ resulta francamente difícil.

¿Qué beneficios se esconden detrás de toda buena lectura? El escritor Orhan Pamuk lo tenía claro: “Un día leí un libro y mi vida entera cambió”. Desde aumentar tu vocabulario, entrenar el cerebro o dormir mejor, a entender un poco más lo que significa la propia existencia. Sí, aunque pequemos de románticos existencialistas, un libro puede ayudarte a encontrar el fundamento de tu vida en una existencia hasta ahora sin fundamentos. No es algo nuevo y ha pasado a cientos de personas eminentes. El hombre de éxito y multimillonario Warren Buffett está cansado de explicar que la clave de su inteligencia, tanto emocional como práctica, parte de haber leído muchísimo. Según un artículo publicado en ‘The Week’, Buffett puede permanecer hasta el 80% de su día inmerso en un libro.

En la cultura del ‘click’, leer parece ser la actividad reservada a todo hombre gris que quiera indagar en el pensamiento humano

“Todo está en los libros”, decía la introducción del mítico programa ‘Negro sobre blanco’, presentado por el famoso escritor Fernando Sánchez Dragó. En los tiempos pretéritos, en los que no había tantas pantallas entre los individuos y el mundo real, el saber estaba condensado en esas láminas de papel pegadas unas con otras y ordenadas cronológicamente. Ahora que todos llevamos una enorme enciclopedia y biblioteca en nuestro bolsillo, los libros parecen ser la actividad reservada a todo hombre gris que quiera indagar en el pensamiento humano o bien a toda persona fantasiosa con anhelos de desconectar de una realidad incómoda a través de un libro de fantasía. Pero si quieres llevar el propósito a buen puerto y leer 200 libros en solo un año, Charles Chu, un presotigioso editor, escritor y periodista ha publicado un artículo en la revista ‘Medium’ en el que recoge los trucos que le llevaron a ser capaz de cumplir tal hazaña.

Foto: ¿Se te ocurre un plan mejor? (iStock)

No te rindas nada más comenzar

“Estoy demasiado ocupado”. “No me apetece”. “Ahora no, quizás luego”. Son las excusas más típicas que todos nos ponemos cuando tenemos un libro recién empezado. Más si cuando en vez de leer para pasar el rato, nos proponemos leer la tamaña cifra de 200 volúmenes al año. ¿Preocupado? Tranquilo, tomatelo con calma, el reto merece la pena. Considera los puntos fuertes de tu objetivo. Cuando acabe este año, serás una máquina de procesar textos. Además, seguramente notes esos progresos mentales tan peculiares a los que hacen referencia los expertos.

Un poco de matemáticas

Seamos realistas. ¿En verdad es posible llegar a leerse un total de 200 libros al año? Hagamos cálculos para comprobarlo. En primer lugar, una persona es capaz de leer una media de entre 200 y 400 palabras por minuto. Por otra parte, un libro ni muy corto ni muy largo tiene alrededor de 50.000 palabras de media. Por ello, habrá que hacer una multiplicación. 200 libros por 50.000 palabras dan 10 millones de palabras; si dividimos este número por las 400 palabras que somos capaces de leer por minuto, el resultado es 25.000 minutos. Por último, para saber con exactitud cuántas horas tendremos que dedicar a la lectura para conseguir leer 200 libros al año, solo lo tendremos que dividir entre sesenta. Por tanto, si quieres leer 200 libros en un año, solo necesitas pasar 417 horas leyendo. ¿Crees que podrás?

Lo más importante: el tiempo

Seguramente, las 417 horas que tienes que pasar con la nariz pegada a un libro le hayan asustado a más de uno. Según el portal ‘Statista’, los españoles pasan un total de 255,6 minutos delante del televisor todos los días, lo que se traduce en 4,25 horas. Si multiplicamos este número de horas por el total de días que tiene un año, el resultado será 1.551 horas sentados frente al televisor. Una auténtica barbaridad pero que queda lejos de la cifra estadounidense: 2.737 horas. Si realizamos una comparación, 417 horas leyendo al año no son nada comparadas a las 1.551 que pasamos frente a ‘la caja tonta’. Al ser solo una cuarta parte de lo que pasamos delante del televisor, nos daría tiempo a leer alrededor de 800 libros al año si empleáramos ese mismo tiempo en leer en vez de mirar a la pantalla.

La fuerza de voluntad no es una buena herramienta para cambiar de estilo de vida. Siempre te falla cuando más la necesitas

“Aquí está la verdad detrás del reto”, comenta Chu. “No es tan difícil. Tenemos todo el tiempo del mundo. La parte aterradora y que todos ignoramos es que somos demasiado adictos, demasiado débiles y demasiado distraídos para hacer lo que todos sabemos que es importante. La teoría es muy simple; lo difícil es la práctica”.

La práctica

Como en cualquier otra área de la vida, es lo más difícil. La inmensa mayoría de las cosas que nos decimos a nosotros mismos o de las que nos convencemos de que debemos hacer se quedan en el cajón olvidado de los propósitos. Leer no es una excepción. Charles Chu aconseja crear un ambiente especial antes de realizar la actividad. ¿Qué le ha pasado a tu humilde y hermosa terraza? ¿Qué tal si sales por las noches a leer durante unos minutos? Eso sí, aléjate del móvil y apaga la televisión. Es muy importante que evites cualquier distracción ajena. Para no caer en la tentación, apaga todos los dispositivos; nada debe enturbiar tu paz lectora.

“La fuerza de voluntad no es una buena herramienta para cambiar de estilo de vida”, afirma el periodista. “Siempre te falla cuando más la necesitas. En lugar de confiar en la fortaleza mental, crea una maraña de hábitos. Aquí está la clave de la cuestión y lo que hará que perseveres en todo lo que te propongas”. El último truco de Chu es el de leer en distintos soportes, es decir, que cuando se trate de leer no solo te conformes con el formato libro. En la actualidad, puedes usar e-books o el propio teléfono móvil. También existe la modalidad de los audiolibros. “Ahora leo en todas partes: en los bancos, en los parques, en el autobús… siempre que puedo”, asegura.