Géneros: ¿Cuáles son las diferencias entre Ciencia Ficción y Fantasía? Tema: Historia de la lectura


 

Ciencia ficción y fantasía son dos de los géneros narrativos más recurridos en la literatura escrita, las películas o incluso los videojuegos y juegos de mesa. Así mismo, fantasía y ciencia-ficción son dos términos distintos que se confunden continuamente. De hecho, la delimitación entre ambas categorías es un tema muy delicado para muchos. La ciencia-ficción y la fantasía son géneros que dependen, únicamente, del planteamiento de universos, mundos y dimensiones inexistentes en todo tipo de aspectos.

Una definición, ofrecida por Rod Serling, es que “la ciencia ficción hace lo improbable posible, mientras que ciencia ficción fantástica hace lo imposible probable”. Esto significa que la ciencia ficción describe cosas poco probables que podrían tener lugar en el mundo real bajo ciertas condiciones, mientras que la ciencia fantástica da un barniz de realismo a las cosas que simplemente no puede suceder en el mundo real, bajo ninguna circunstancia. Otra interpretación es que la ciencia ficción no permite la existencia de elementos sobrenaturales mientras que la ciencia ficción fantástica si lo hace.

Para muchos usuarios del término, sin embargo, la “ciencia fantástica” puede ser o bien ciencia ficción que ha llegado lo suficientemente lejos de la realidad para sentirse como una fantasía o una fantasía que intenta ser ciencia ficción. Si bien estos son, en teoría, clasificables como diferentes enfoques, y por lo tanto diferentes géneros, aunque los productos finales sean a veces indistinguibles. Un ejemplo de ciencia ficción que al ir tan lejos puede sentirse como si fuera fantasía es Matrix.

Arthur C. Clarke dijo que “cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia“, e indica por qué esto es así: un escritor puede escribir una fantasía utilizando magia de varios tipos y sin embargo, convertir la historia en ciencia ficción al proponer una tecnología muy avanzada, o ciencia que aún se desconoce, pero en última instancia, demostrable en el fondo, como una explicación de cómo la magia puede ocurrir. Otro escritor puede describir un mundo futuro donde las tecnologías son tan avanzadas que son invisibles, y los efectos que producen serían clasificados como mágicos si solo se describieron como tal. Un mundo mágico en el que solo algunas personas (o solo el lector) saben que son en realidad efectos tecnológicos.

La clasificación de un efecto como “ciencia ficción” o “fantástico” es una cuestión de convención. Hiperespacio y máquinas del tiempo suelen ser convenciones de ciencia ficción mientras que alfombras voladoras, amuletos mágicos y los magos son de la fantasía. En algunos casos se han superpuesto: la teletransportación por transmisión de materia pertenece a la ciencia ficción mientras que la teletransportación por encantamientos es una fantasía. Un dispositivo de camuflaje de mano que confiere invisibilidad es ciencia ficción, un anillo de poder que confiere la invisibilidad es una fantasía. En resumen, la ciencia ficción utiliza la tecnología para explicar los fenómenos imposibles mientras que la fantasía emplea magia.

En su mayor parte, la ciencia ficción intenta explicar sus efectos mediante leyes físicas conocidas o ampliaciones de las mismas. En la ciencia fantástica en general, se ignoran las leyes físicas (es decir, la magia) o inventan su propia estructura de las leyes que no tienen ninguna conexión necesaria con las leyes conocidas. En la ciencia ficción es también más probable que se tomen el tiempo para delinear las leyes físicas o las extensiones, mientras que la fantasía proporcionará una estructura más pobre de su reglamento inventado.

Si hubiese que marcar a modo de síntesis final tres diferencias entre ambos géneros, podríamos decir que éstas son las siguientes:

 

1. Aplicación de las reglas

Es sencillo. Si la historia que tenemos entre manos sigue las normas básicas de la física, la biología y las matemáticas, es ciencia ficción. Si hay elementos cuya explicación es imposible mediante la ciencia, como ocurre con la magia, es fantasía.

Esto no quita que una historia en que se viaje a la velocidad de luz deje de ser ciencia ficción. Einstein estableció con su teoría de la relatividad que cualquier cuerpo que alcanzara la velocidad de la luz se transformaría en energía, pero es plausible que en un momento de máximo desarrollo científico se encontrase la manera de aliviar este problemilla. Además, el novelista puede inventar una solución más o menos imaginativa para este hecho, pero la explicación científica ha de estar.

Sin embargo, la existencia de razas humanoides tales como elfos, enanos, goblins u orcos son elementos propios de la fantasía puesto que es del todo imposible que existan. A no ser que estén viviendo entre nosotros, camuflados esperando su oportunidad, pero eso ya sería otra historia que contar. Lo que queda claro es que la fantasía está exenta de dar explicaciones científicas a los acontecimientos que se producen en ella, aunque como toda historia requiere de lógica narrativa y una vez establecidas una normas determinadas, seguirlas dando rienda a la imaginación.

 

2. La creación de mundos: posible vs imposible

Dentro de la ciencia ficción encontramos multitud de escenarios históricos, basados en el presente, el pasado o el futuro de la humanidad pero siempre plausibles. La ficción especulativa se mueve en un amplio abanico de posibilidades que van desde las ucronías que afectan a un momento concreto del pasado, a las historias más imaginativas de conquista espacial o las visiones postapocalípticas del un planeta Tierra castigado por la insensatez de sus habitantes. Hay mucho trabajo de creación de mundos en estas historias, no os dejéis engañar por el hecho de que parten de un supuesto real, la elaboración que hay detrás de ellos es inmensa.

 

El viaje en el tiempo y el viaje más rápido que la luz respetan la verdadera frontera entre ciencia-ficción y fantasía: tienen metal y plástico, y usan maquinaria pesada, así que son ciencia-ficción. Si tengo gente que haga cosas mágicas e imposibles con golpes de talismán o rezando a un árbol, es fantasía; si hacen lo mismo pulsando un botón o trepando por una máquina, es ciencia-ficción.
Orson Scott Card – “Cómo escribir ciencia ficción y fantasía”

 

En la fantasía asistimos a todo un despliegue de worldbuildg para inventar mundos enteros con sus sus sistemas de gobierno, religiones y razas, entre otras cuestiones a tener en cuenta a la hora de enfrentarse a esta titánica tarea. Por mucho que nos pese, la Tierra Media, Nunca Jamás, Camelot o Macondo no existen ni es probable que lo hagan. Son mundos maravillosos que nos alejan de la realidad, nos permiten evadirnos y llevarnos a destinos que no podríamos alcanzar ni con el más veloz de los cohetes. Esto determina que queden encuadrados dentro de la fantasía. Por supuesto, hay historias de fantasía que ocurren en el mundo real o incluso en dos planos, uno real y otro fantástico al que podemos llegar atravesando un armario por ejemplo (Las crónicas de Narnia – C. S. Lewis).

 

3. Finalidad.

Los seres humanos son los organismos más inteligentes del planeta Tierra. Y sin duda los que más falta de sentido común tienen. Si algo indiscutible tiene la ciencia, es que sus avances se pueden usar tanto para hacer avanzar el mundo como para hundirlo. La ciencia ficción clásica tiene como intención principal crear conciencia de las catastróficas consecuencias que pueden derivar de la conducta humana. Una de mis obras favoritas de este género es Un mundo feliz de Aldous Huxley, que nos presenta una sociedad teóricamente utópica que esconde el terrible motivo por el cual sus individuos aceptan de primeras su estatus sin rechistar.

En los reinos de la fantasía, que igualmente pueden discurrir por oscuros senderos, la intención es menos profética, en cuanto a que el mundo en el que ocurren no es el nuestro, y no por ello dejan de tener enseñanzas a tantos o más niveles que la ciencia ficción. Por supuesto, depende del tipo de obra que analicemos, no va a contener el mismo tipo de enseñanza Blancanieves y los siete enanitos que Canción de Hielo y Fuego, ¿o sí? Al fin y al cabo la madrastra acaba muerta y picoteada por los buitres después de caer desde un precipicio y todo por un problema de celos. Me pregunto que opinará Lysa Arrym de ello.

Bonus: No todo es blanco o negro.

Actualmente existen multitud de obras híbridas que mezclan ciencia ficción y fantasía, en mayor o menor medida, dando lugar a lo que se conoce como ciencia ficción fantástica o fantasía científica. La serie británica Doctor Who, encajaría bien en esta definición, ya que a pesar de contener multitud de elementos de ciencia ficción como son los viajes en el tiempo, el destornillador sónico o la explicaciones racionales a los acontecimientos, muchos de los peligros o situaciones que se cuentan son eminentemente fantásticas.

En conclusión, aunque los límites entre ambos géneros están ahí y debemos conocerlos, las fronteras entre ambos pueden desdibujarse bastante. Tanto como lectora como escritora, me gusta leer ambos y mezclaros sin miedo en mis relatos, a pesar de que en un futuro esto me pueda traer algún quebradero de cabeza editorial. Al fin y al cabo, eso es en lo que consiste la literatura. En experimentar, escribir, leer, volver a leer y dejarnos llevar a otros mundos probables o imposibles pero siempre emocionantes