Consejos para mantener limpia tu biblioteca Tema: Tips

Todos sabemos que aún cuando los ebooks pueden ser más económicos y más fáciles de conseguir, no hay nada como una linda biblioteca con sus libros en soporte papel. Sin embargo, contar con una buena biblioteca tiene una desventaja: cuanto más crece, más difícil es mantener limpio este espacio que es tan importante para nosotros.

Hoy te damos algunos consejos para mantener impecable tu biblioteca con todos sus libros. Es importante que respetes los tiempos y los productos a utilizar.

Es importante destacar que para la correcta conservación de la biblioteca o de cualquier otro mueble hay que buscar la temperatura adecuada. Intentaremos que el ambiente donde se coloque mantenga una temperatura constante y sin grandes cambios, sobre todo evitar lugares muy húmedos, pues los libros se pueden estropear.

En general y si no contás con un mueble vidriado, todas las semanas hay que limpiar la biblioteca, tanto el mueble como los libros que haya en él. Podemos ayudarnos de un plumero para realizarlo. Además, una vez por mes lo ideal es realizar una limpieza más en profundidad vaciando la biblioteca y limpiando todos los rincones, además de cada libro de manera individual.

Recomendaciones para conservar el buen estado de los libros

El papel se deteriora de manera natural con el paso del tiempo. Pero existen algunas recomendaciones para cuidar los libros, conservarlos en buen estado y evitar que se deterioren de forma prematura. Las más importantes se enumeran a continuación.

Evitar que los libros queden expuestos al sol. La luz intensa daña tanto el papel como la tinta. Después de sufrir durante algún tiempo la incidencia directa de los rayos, la tinta perderá intensidad (es decir, se borrará) y el papel se resecará, se volverá quebradizo y durará mucho menos tiempo.

No colocarlos en sitios húmedos. La humedad excesiva también afecta al papel: lo deforma, cambia su composición y reduce su duración. Y también altera la tinta, ya que provoca a menudo que se desplace de su ubicación original y da lugar a manchones que afean las páginas y a veces llegan a imposibilitar la lectura. Por eso, se debe procurar ponerlos en habitaciones secas y, de ser posible, lejos de ventanas por donde la lluvia, en un descuido, pudiera colarse. Si pese a los cuidados no se puede evitar cierto nivel de humedad, es posible recurrir a la colocación de bolsitas con arroz en los anaqueles u otros de los trucos que también se usan para combatir la humedad en los armarios.

Tener cuidado con las fuentes de calor. Si los libros se ponen muy cerca de una estufa o de otra fuente de calor, pueden sufrir por el problema opuesto al anterior: la falta de humedad. Además, las hojas pueden secarse demasiado y tornarse demasiado quebradizas.

Usar forros y sobrecubiertas. Este tipo de protección es muy apropiado para los ejemplares que más se utilizan. Con estas coberturas, se evita que sus portadas, y en ciertos casos también sus páginas interiores, se deterioren. Existen protectores intercambiables, de cuero, goma EVA y otros materiales, que se pueden poner y quitar del volumen que se esté leyendo y evitar que se dañe durante su traslado. Una alternativa parecida es protegerlo con una bolsita de plástico cuando se lleva en un bolso, mochila u otro recipiente.

Cómo limpiar las estanterías

1. Las estanterías se pueden limpiar con un trapo húmedo, cuidando siempre de secar bien los estantes antes de volver a colocar los libros.

2. Optar por estanterías metálicas y realizar las desinfecciones periódicas previstas en un plan de limpieza integral.

3. Las estanterías de madera son más proclives a la aparición de insectos. Por este motivo, deben limpiarse diariamente.

 

La eterna pelea contra el polvo

1. Tratemos de no usar aspiradora, a menos que la acumulación de polvo sea enorme. De ser así, colocar la aspiradora en su potencia más baja.

2. Usar un plumero tampoco resulta útil, ya que lo único que hace es cambiar el polvo de lugar.

3. Lo ideal es utilizar trapos “atrapapolvo”, que atraen el polvo magnéticamente. Su gran ventaja es que no dañan la superficie al utilizarse siempre en seco.

4. Si el polvo se encuentra en el lomo del libro, debemos utilizar un cepillo cerdas suaves (puede ser uno de bebé o de dientes). Sip, armate de paciencia y pasá el cepillo libro por libro.

5. Si la cubierta del libro es de cuero, podemos aplicar con un paño de algodón que no suelte pelusa una cantidad mínima de vaselina para hidratar la piel. Luego se frota continuadamente para que el libro luzca como nuevo. Las cubiertas con brillo pueden limpiarse con limpiavidrios o producto multiuso para superficies: sólo una cantidad mínima aplicada sobre un trapo.

Problemas de humedad

1. La humedad es el principal problema, ya que forma colonias de hongos que se nutre del mismo papel. Puede ser ambiental (por ejemplo, si nuestros libros se encuentran en un ambiente húmedo deberíamos ver la posibilidad de cambiarlos de lugar) o mera humedad circunstancial (provocada por filtraciones, goteras, pequeñas inundaciones o la cercanía de cañerías), en este caso sólo bastaría con orear los libros.

2. Para limpiar la madera mohosa, limpia o friega el moho de la superficie utilizando una esponja, un trapo o un cepillo de fregar, junto con un poco de agua y detergente, o cualquier otro limpiador de casa. Puedes utilizar un producto mata moho específico si quieres, o bien lejía, aunque no es necesario ya que el objetivo principal es sólo eliminar el moho de la superficie. Siempre van a quedar pequeñas cantidades de moho y esporas en tu casa de todos modos, así que tratar de matar todas las esporas de moho no es el objetivo.

3. Mantené tus libros en un estante que tenga un flujo de aire decente, no en un armario, sótano, o contra una pared exterior de la casa. Podés provocar una buena circulación de aire con el uso de ventiladores, un aparato de aire acondicionado durante los meses de verano y un calentador durante el frío invierno para mantener una temperatura alrededor de 21 grados Celsius.

4. Un deshumidificador debería ayudarte a mantener la humedad por debajo del 60 por ciento, pero sólo cuando sea necesario. Los libros que que tienen sus páginas demasiado secas pueden acabar dañándose.

5. Limpia la parte superior de tus libros con regularidad, una superficie limpia es menos atractiva para las esporas.
Algunos coleccionistas de libros utilizan aceite esencial de lavanda aplicado directamente sobre la estantería, ya que es un anti hongos muy efectivo, pero esto dará aroma a tus libros y puede causar decoloración.

6. Si percibís un crecimiento de moho en la portada de tu libro, podés usar un pincel fino o un paño muy suave para cepillarlo. Alternativamente, utilizar una aspiradora con un accesorio en la manguera que te permita añadir un filtro HEPA o una hoja de secadora en la boquilla también puede ser un recurso eficaz para eliminar el moho de la cubierta del libro. Para un libro de bolsillo se puede utilizar un paño suave ligeramente humedecido con alcohol desnaturalizado para matar el moho. Es importante usar movimientos suaves para no dañar la cubierta del papel y asegurarse que eliminás el exceso de líquido y secás el libro bien pero con suavidad. Para encuadernaciones de paño, cuero, u otros tipos de tapa dura, se puede limpiar con alcohol desnaturalizado, pero por las dudas probá este método en una esquina no visible de libro, para comprobar si sucede algún cambio de color o deterioro.

Para quitar el olor a humedad de un libro, podés espolvorear bicarbonato de sodio en un recipiente hermético o bolsa y colocar el libro dentro durante un par de horas. El bicarbonato de sodio es muy eficaz en la absorción del olor a humedad. Una vez más, repite el proceso si es necesario.